¿Desde hace cuánto el socialismo es una moda? Parece que hace unos años era un insulto ser llamado socialista en la política estadounidense, resentidos sobre todo con la ex Unión Soviética. Pero el día de hoy los millennials que son una generación normalmente comprendida entre el año 1980 a 2000, han demostrado mayor inclinación hacia el socialismo en los Estados Unidos, según recientes encuestas de portales de noticias y opinión sobre política como Yugov y Reason-Rupe arrojaron que la mayoría de las personas menores de 30 años tienen una visión positiva del socialismo y se sienten identificadas con Bernie Sanders, a diferencia de las personas mayores de esa edad.
Pero entre tanta información sobre Trump, nos deja con la pregunta ¿quién es Sanders? Él es un candidato a la presidencia de Estados Unidos de 74 años de edad que se autoproclama “demócrata socialista”. Sus discursos se caracterizan por causar furor entre los jóvenes cuando menciona la palabra “revolución”, su popularidad es derivada por los temas que aborda, con los cuales los millennials se sienten identificados, asimilándolo como una especie de figura paterna que les promete la educación gratuita, mayor acceso al sistema de salud, mejores condiciones de empleo y hacer justicia contra los grandes bancos de Wall Street.
Para comprender el descontento de los millennials con el actual sistema, es necesario entender que vivieron en una época donde las crisis económicas ocasionaron estragos, sobre todo la del 2008 (causada por la manipulación de las tasas de interés por el banco central y el gobierno junto con los bancos comerciales incentivando la burbuja inmobiliaria) dejando atrás el “sueño americano” que sus padres aún tuvieron la oportunidad de vivir. En el fondo los millennials no aspiran más que a vivir igual que las generaciones que los precedieron, sus preocupaciones se centran sobre todo en los altos costos de la educación universitaria y su derivada carga de endeudamiento estratosférica; pero en el caso de aquellos que lograron graduarse, de la falta de oportunidades en el mercado laboral; así como del estancamiento salarial, la costosa asistencia sanitaria ademas del elevado precio de la vivienda que la hace inaccesible.
Los millennials no entienden qué es el socialismo
Sin embargo, lo más sorprendente de estas encuestas es que cuando a los millennials se les pide definir socialismo, se ven incapaces de entender el concepto; el cual comprende la propiedad estatal de los medios de producción o en otras palabras el estado dirigiendo a las empresas.
La encuesta de Reason Rupe pidió a los jóvenes describir con sus propias palabras lo que es el socialismo, revelando esta encuesta que según ellos se basa en estar juntos o ser amables los unos con los otros, en otras palabras agarrarse de las manos y cantar bonitas canciones. Otros de manera conveniente, opinaron que el gobierno debería ser una generosa red de seguridad social que pagara totalmente por las necesidades de todos. Dejando de lado en la elemental fórmula, que el dinero sale del pueblo para costearse, lo que nos deja entrever la profunda ignorancia existente.
Contradictoriamente con su inclinacion, en el estudio únicamente el 32% de los millennials mostró estar de acuerdo con la economía administrada por el estado, mientras que al igual que las generaciones mayores, el 64% prefiere una economía de libre mercado. Este mismo estudio reveló que en cuanto estos comienzan a crecer y tener bienestar económico, sus ideas socialistas parecen desaparecer, ya que están menos dispuestos a tener una alta carga tributaria que sea destinada a sustentar las necesidades de los demás por satisfacer las suyas propias.
El socialismo se aprovecha de la ignorancia
Sanders al igual que otros populistas parece que está capitalizando la ignorancia de los más ingenuos que abrazan el socialismo utópico, sin tomar en cuenta que en la realidad, históricamente el socialismo ha demostrado ser un arrebato de la libertad de cualquier índole. Aquellos estados que lo han puesto en práctica, ciertamente han terminado con la desigualdad, extendiendo la miseria económica entre la población.
Creer que sólo ciertas personas son más inteligentes que nosotros para planificar nuestras propias vidas es totalmente absurdo y aberrante, es de vital importancia enfatizar que la ignorancia nos está llevando poco a poco a los mismos caminos de los cuales se lamentaron en la ex Unión Soviética y los terribles resultados en naciones como Corea del Norte, Cuba o Venezuela.
Contrario a esto, el capitalismo de libre mercado ha mostrado traer bienestar económico y social, prueba de ello son aquellos países con altos estándares de vida, que pertenecen a la “lista de libertad económica”, encontrándose entre estos la región europea de escandinavia, que erróneamente Sanders calificó de socialista; ante tal falacia del senador de Vermont, el ministro de Dinamarca lo desmintió disgustado por su argumento: “El modelo de Dinamarca es un estado benefactor que provee de alta seguridad social a sus habitantes, pero también es una exitosa economía de mercado con mucha libertad de perseguir lo que deseen las personas” En otras palabras: La burocracia tiene mucho menos influencia en la economía, lo que se traduce en menos monopolios y mejor distribución de la riqueza.
¿Porqué no es culpable el capitalismo?
Actualmente lejos de lo que cree la mayoría; el capitalismo está siendo enterrado con el aumento de la intervención del estado en cada faceta económica de una nación, es decir una derivación totalmente del socialismo, que siempre tenderá a favorecer a unos cuantos intereses, aprovechándose de las masas, erróneamente llamado “capitalismo de compadres”.
Piénselo dos veces; una medida como los rescates a empresas que están quebradas es otro ejemplo de socialismo, el claro caso en México es Pemex o las medidas desastrosas que carecen de coherencia como la propuesta al aumento del salario mínimo en México, las zonas económicas especiales o la mano negra del gobierno contra Uber que ya ha señalado el economista libertario Guillermo Barba autor en Forbes México.
Esperar que algunos políticos se manifiesten como ángeles para velar por el bienestar de otros más que el de sí mismos, es una ilusión en la que muchos aún ciegamente ponen su fe, el socialismo predica su mensaje populista; papá gobierno es el único sabio que puede otorgarnos las soluciones a todos nuestros problemas y es el único capaz de actuar con mano justa. ¡Grave error! El socialismo ha destrozado las instituciones del estado y la independencia de poderes, concentrando todo el poder en manos de un solo individuo, manteniendo ignorantes a las personas.
Si los gobiernos logra tener cada día más poder que sus ciudadanos no tengo duda que nos condenará eventualmente a regresar al oscurantismo, después de haber vivido el mayor progreso de la humanidad con la globalización, la economía de libre mercado, su revolución científica, tecnológica y cultural.
Muchas personas, no sólo los millennials aún dan por sentado este progreso que hemos experimentado, actualmente es tangible por el simple hecho de poder tener un teléfono inteligente en la palma de nuestra mano, navegar a través de internet y elegir entre algún producto o servicio de mejor calidad que otro; y piensan que nada tiene que ver con el capitalismo.
Creer que el oligopolio del estado podría innovar de la misma manera que las empresas de propiedad privada, es completamente una ilusión del socialismo. Lo invito a reflexionar ¿Cuántas entidades conoce que en manos del estado son eficientes?
El incremento de la innovación es resultado de la propiedad privada y la competencia de empresas creativas que todos los días se reinventan para poder satisfacer a los consumidores, donde los malos elementos desaparecen con el tiempo, gracias al mercado que somos todos nosotros.
Mayor gobierno es menor libertad
Los millennials crecieron en una sociedad con mayor libertad de pensamiento gracias a la ventana de internet, por lo que a los jóvenes no les gusta que se les diga qué hacer, qué decir, cómo vestir o sus preferencias o gustos, esto no sería posible si a unas cuantas personas se les permitiera censurar a la población como sucede en naciones socialistas.
Gracias a la libre expresión, la población conoce los casos específicos de corrupción de los gobiernos. Es por eso que combatirla con más gobierno es como tratar la diabetes con más azúcar. Así de ridículos son los argumentos del socialismo. Recuerde “El poder corrompe, pero el poder absoluto corrompe absolutamente”.
Por tal hecho, aquellos que piden regulaciones al libre mercado pecan de creerse más inteligentes que las leyes económicas y están construyendo sin saberlo su propia esclavitud, empoderando a su burocracia.
La historia ya nos demostró en repetidas ocasiones que los gobiernos bajo cualquier sistema político y económico funcionarán mejor con el menor poder posible y su trabajo debería limitarse únicamente a ser el árbitro en el cumplimiento de la ley.