Con cariño para María de Lourdes Díaz Mondragón.
Está técnica es empleada en especial para responder interrogantes como: ¿Qué activos debo comprar o vender? ¿Cuál es el verdadero valor de un activo? Dar respuestas correctas permiten conformar un portafolio de inversión eficiente seleccionando activos que permitan obtener rendimientos positivos en el mediano y largo plazo.
Los analistas que construyen una cartera basados en el análisis fundamental no están pensando si es o no el momento de comprar o vender un activo, sino específicamente buscan conocer cuál es el mejor activo o los mejores activos para invertir su dinero.
Emplean una estrategia pasiva, que significa el no hacer movimientos diariamente o en el corto plazo, sino que al efectuar la adquisición permanecerán un tiempo regularmente mayor a un año para mantener sus recursos monetarios en tales valores esperando pacientemente que su precio se mueva con el paso del tiempo y así obtener un beneficio económico.
En este sentido, poca importancia tiene su durante el periodo en que los mantiene aumenta o baja su precio, porque ellos, ya han determinado un precio objetivo que esperan se concrete después de varios meses y cuando así ocurra, entonces tomarán la posición contraria, es decir, vender.
La conocida frase comprar barato y vender caro es precisamente lo que se busca determinar, si los activos analizados tienen al momento de la valuación un precio bajo y con el paso del tiempo estará cara. Por supuesto, también se puede encontrar que los activos valorados se encuentren caros y por ende, la recomendación es vender y no considerarlos dentro de portafolios actuales.
Arte o ciencia
Los economistas regularmente afirman que su campo de estudio es una ciencia y para soportarlo hacen uso regularmente de la matemática o la estadística como ciencia exacta, de tal suerte que el análisis fundamental no es la excepción, hay mucha explicación teórica, pero a su vez, hacen uso de cálculos que permitan darle mayor soporte.
Existe un amplio repertorio que explica esta técnica desde lo básico para su construcción, hasta textos avanzados cuyo contenido matemático o estadístico es comprendido solo por algunos y sus conclusiones se elevan al área puramente abstracta.
A pesar de ello, no hay una definición única y exacta del análisis fundamental, por ejemplo, en Kolb (1993), es una técnica directa para intentar medir el valor real de una acción, enunciando así:
Valor de la acción = Utilidades estimadas * razón P/e justificada.
Este modelo según Kolb solo afirma que el valor de una acción es igual a las utilidades estimadas de la empresa en el siguiente período, multiplicadas por la razón P/e justificada de las acciones de la empresa, definiendo esta como la razón correcta del precio de la acción a las utilidades actuales que refleja las posibilidades de crecimiento futuro de las utilidades de la empresa y que reflejan, también el nivel de riesgo asociado con las utilidades futuras.
En general para este autor el análisis fundamental depende de la aplicación de múltiplos bursátiles y otras técnicas de pronósticos en especial estadísticas que permitan tener un pleno conocimiento sobre el verdadero valor de la empresa y las acciones que emitió en base a sus resultados bursátiles, relaciona por tanto su información financiera con los precios del mercado.
Por su parte para Malkiel (1992), los analistas fundamentales piensan que el mercado es 90 por ciento lógico y sólo 10 por ciento psicológico. Según él, los analistas fundamentales persiguen el determinar el auténtico valor de una acción. En este caso, el valor está relacionado con el crecimiento, el reparto de dividendos, las tasas de interés, y el riesgo. El fundamentalista intenta llegar a una estimación del valor intrínseco de un título.
Por lo tanto, la preocupación básica del analista fundamental reside en el valor de un título. Al calcular dicho valor, la tarea más importante del analista fundamental es realizar las estimaciones de la futura corriente de beneficios y dividendos de una empresa. Para ello, debe calcular el nivel de ventas de la empresa, el costo de explotación, el tipo de impuesto sobre sociedades, la política de amortización y las fuentes y costos de las necesidades de capital.
En este sentido, el primer paso en el análisis fundamental es estudiar la situación económica y financiera de la empresa, el segundo es hacer un estudio de las perspectivas del sector en que la empresa está integrada.
Por su parte Díaz (2008), explica que las áreas de estudio del análisis fundamental para diseñar un portafolio deben estudiar de lo general a lo particular, con lo cual se tiene que hacer un análisis macroeconómico, proseguir con el análisis sectorial y finalmente llevar a cabo un análisis del activo y la empresa que lo emitió.
En cambio, si el portafolio ya está diseñado y se desea realizar el desempeño de este, lo que Díaz propone es que el análisis vaya de lo particular a lo general, lo que implica por tanto efectuar un análisis detallado de la empresa emisora, para lo cual se puede utilizar el análisis financiero, después evaluar la evolución del sector y en función de los resultados, relacionarlos con los indicadores macroeconómicos y sus expectativas.
A partir de estas posturas parece quedar claro que la principal controversia respecto al análisis fundamental es un asunto metodológico sobre cómo llegar a conocer el valor teórico de una acción, si partir de lo particular a lo general o viceversa.
Por ello es que para algunos autores como Rodríguez de Prado y Marazuela (2000), hay dos enfoques, uno denominado Top – Down (de arriba hacia abajo) y otro llamado Bottom – Up (de abajo hacia arriba). En la figura 1 presentamos ambas visiones.
El primero consiste en analizar de lo general a lo particular y se estructura en tres pasos específicos, el primero comienza en el análisis de la economía, para ello emplea el análisis económico basado en el estudio de la macroeconomía que a su vez estudia el conjunto de la economía, analizando variables como tasas de interés, desempleo y crecimiento económico. Enfocando su estudio también en dos ámbitos de estudios, la evolución de la economía mundial y el país en cuestión donde se realizarán las inversiones. En este primer caso y siguiendo este esquema el analista fundamentalista tendría por tanto que estudiar y analizar el comportamiento de países como Estados Unidos de América, Europa y Japón en su conjunto como economías desarrolladas y de los llamados países emergentes que serían el resto de los países que conforman zonas geográficas específicas como América, Europa o Asia. Posteriormente los inversionistas revisarían y analizarían las variables macroeconómicas de su nación en particular y su posible tendencia, en particular por ejemplo se podría estudiar el crecimiento económico, la inflación, las tasas de interés y los tipos de cambio entre otras.
Figura 1 Análisis fundamental bajo el enfoque Top-Down y Bottom-Up
El segundo paso es el estudio del sector en que se desarrolla la actividad productiva de la empresa. Dada la globalización un estudio sectorial también comienza a enfocarse en un punto de vista más internacional que local, así por ejemplo el sector bancario mexicano resulta difícil considerarlo como tal dado que prácticamente todos los bancos en México son extranjeros y muchas de sus acciones y perspectivas futuras dependen de lo que ocurra en su país de origen, así un estudio sectorial de los bancos en México tendría que considerar la evolución del sector bancario en España y Estados Unidos de América.
Finalmente, el tercer paso del análisis fundamental reside según el enfoque Top – Down es el estudio de la empresa.
El enfoque Botton – Up por el contrario va de lo particular a lo general, así los tres pasos siguen siendo los mismos, pero la dirección es a la inversa, se parte del estudio particular de la rentabilidad de una empresa, para después analizar el sector y finalmente el entorno económico en general. En este enfoque además se sostiene que la selección de valores se debe hacer uno a uno, que siempre es posible encontrar valores infravalorados, y que éstos tendrán retornos superiores al mercado, con independencia incluso de lo que haga el sector o la economía.
Sin importarnos cual es el enfoque que tiene la razón y que resulta más conveniente para realizar las inversiones, ambos tienen el mismo objetivo en común, encontrar el valor de los títulos cotizados coincidiendo, la existencia de tres pasos específicos. Por ello, dejamos al lector la posibilidad de decidir cuál considera la mejor opción y nos centraremos en particular en como efectuar los tres pasos específicos.
El análisis financiero.
No son pocos los rubros o cuentas de estados financieros distintos en cada país, a tal grado que como afirma Walsh (2001) vemos una multitud de nombres, expresiones y definiciones, una mirada de términos financieros y relaciones que nos desconcierta. Muchos de los que intentan encontrar su camino a través del laberinto se abandonan a la desesperación. Lo cierto, sin embargo, es que con la globalización tienden a homologarse y cada día resultan más entendibles, incluso para los no profesionales de la contabilidad.
Las empresas que cotizan en bolsa tienen la obligación de presentar información financiera para lo cual difunden principalmente su balance general y su estado de resultados. La contabilidad recoge los datos numéricos sobre la actividad pasada de la empresa que repetimos se expresan básicamente a través de estos dos estados financieros.
El balance general es un estado financiero estático que se define como una fotografía que muestra la situación económica y financiera de la empresa en un momento determinado como un año, un semestre o un trimestre. Su presentación es en forma de una “T” donde en su lado izquierdo se presentan los activos que a su vez se dividen en activos circulantes, fijos y diferidos. El lado derecho se conoce como estructura financiera y se separa en dos grandes rubros; el pasivo y el capital. Como un registro contable de entradas y salidas el balance general resulta en una identidad, lo cual significa que la suma de los activos (el lado izquierdo) es igual a la suma del pasivo más el capital (el lado derecho).
El estado de resultados es un estado financiero dinámico, es decir, muestran los movimientos que han ocurrido durante un periodo de tiempo y son presentados a una fecha determinada como un año, un semestre o un trimestre. El principio básico para su construcción es muy simple, el punto de partida es el rubro que expresa el principal ingreso de la empresa y se van sumando otros ingresos y restando los costos, gastos administrativos, gastos financieros e impuestos para llegar a un resultado que de ser positivo, significa que durante el periodo existió una utilidad neta, en caso contrario y dicho resultado sea negativo, se considera una pérdida neta.
Quien busca el valor de la acción y valora la situación económica y financiera de una empresa utilizando sus estados financieros es conocido como analista financiero, el cual se olvida parcialmente de la situación económica nacional e internacional y se enfoca en la valoración de la información generada en los estados financieros de la empresa que emitió acciones.
La principal herramienta utilizada en el análisis financiero son las razones o ratios financieros que representan la relación aritmética o matemática de dos o más magnitudes económicas y financieras de la empresa. Sirven para tener un marco de referencia, dado que sus resultados expresan un indicador sobre conceptos globales como liquidez, solvencia, apalancamiento o rentabilidad. Pueden calcularse para una empresa en particular en un periodo específico, pero también puede hacerse un estudio histórico de las mismas, así como también se pueden calcular para el sector en que se desarrolla la actividad de la empresa y poder así compararlas.
Díaz (2008) presenta un modelo para realizar el análisis financiero con la intención de hacerlo más completo, para lo cual, compara la teoría, el sector y la tendencia histórica. En Pascale (2009) también se explica su uso a través de la comparación entre la serie histórica, rama industrial y el presupuesto.
El análisis y las razones financieros sirven al analista fundamental para valorar la situación particular de la empresa, el cual, si se conjuga con otros elementos cualitativos como las políticas de la empresa, los planes de crecimiento, los esquemas de dirección por mencionar algunos el resultado seguramente será mucho más acertado. Existen muchas razones financieras, por lo que un primer paso es elegir cuales serán utilizadas dado un objetivo establecido, que dentro del marco del análisis bursátil puede ser la decisión de invertir o no en una acción en particular. Algunas de las que podrían servir para cumplir con el objetivo son:
Razones de liquidez. Miden la capacidad que tiene la empresa para cumplir exitosamente sus compromisos a corto plazo, aunque este suele señalarse como un año o menos, en el análisis financiero los datos para generarla se obtienen del balance general y este por lo regular es de un año o periodos menores. Por ello, no existe una división exacta o universalmente aceptada para distinguir entre la liquidez y la solvencia. No obstante, para la determinación de la primera suelen emplearse las relaciones existentes entre el activo y los pasivos circulantes. Las razones señaladas con un signo (+) significan que cuanto mayor sea el resultado de la razón mejor será para la empresa. Algunas de las relaciones aritméticas que existen son:
Nombre de la razón. |
Fórmula |
Ejemplo de resultado e interpretación. |
Razón de liquidez general o ratio de circulante (+) |
Activo circulante / Pasivo circulante |
Resultado = 2 veces. La empresa tiene capacidad de 2 a 1 para cubrir sus deudas con los activos. La teoría señala como adecuado un valor de 2 o superior. |
Prueba del ácido o razón de fuego (+) |
Activo Circulante – inventarios / Pasivo circulante |
Resultado = 2 veces. Mide la capacidad de cumplir con los pasivos de corto plazo sin considerar los inventarios, que dentro del activo circulante suelen ser la parte menos líquida. |
Razón de caja (+) |
Caja + inversiones financieras temporales / Pasivo circulante |
Resultado = 2 veces. Mide la disponibilidad de efectivo para cubrir los pasivos de corto plazo. |
Capital de trabajo (+) |
Activo circulante – Pasivo circulante |
Resultado = 1 peso. Está en relación directa con la magnitud de la operación a mayor sea está última mayor debe ser el capital de trabajo. |
Razones de solvencia, apalancamiento y endeudamiento. Al conjunto de estos indicadores o por separado, suele denominarse también razones de fortaleza financiera. La solvencia se define como la capacidad de pago en el largo plazo. El apalancamiento por su parte sirve para comparar las aportaciones de los accionistas a la empresa con las fuentes de financiamiento ajenas a la misma. El endeudamiento se refiere al grado o nivel de deuda que ha contraído la compañía. Las relaciones de este tipo de indicadores vinculan los activos con las fuentes de financiamiento, ya sean deuda o patrimoniales. Es común que la relación más analizada sea aquella gestada entre los activos y el pasivo, dado que se relacionan con nociones de riesgos de pago o incumplimiento. Algunas de las razones financieras que se pueden emplear son:
Nombre de la razón. |
Fórmula |
Ejemplo de resultado e interpretación. |
Grado de endeudamiento |
Pasivo total / Activo total |
Resultado = %. Regularmente las instituciones financieras no otorgarán créditos o apoyo financiero a las empresas con porcentajes superiores al 75 por ciento. |
Rotación de inventarios |
Costo de ventas / Promedio de inventarios |
Resultado = veces. La rotación de inventarios debe ser mayor o igual al menos del promedio de inventarios. |
Plazo promedio de cobro |
360 / Rotación de cartera |
Resultado = días. El estándar es el plazo promedio en días del crédito concedido. |
Razón de apalancamiento u origen del capital |
Pasivo total / Capital contable |
Resultado = 1 vez. El estándar es 1 a 1, si resulta mayor a la unidad el riesgo de que los acreedores pudiesen apropiarse de la empresa crece y si es menor no se están aprovechando correctamente el financiamiento de terceros. |
Proporción pasivo circulante |
(Pasivo circulante / Pasivo total ) * 100 |
Resultado = Porcentaje. La proporción estándar es 1 a 1. |
Razones de actividad. Mide la eficiencia de la empresa en cuanto a la utilización de sus activos. Comparan las cifras de rubros como las ventas con las inversiones en cuentas de activo. Existen dos tipos fundamentales, los de corto y las de largo plazo. El resultado ideal para interpretar este tipo de relaciones mucho tiene que valorarse el sector, rama y actividad económica que realice la empresa evaluada, no obstante, en general entre más alto sea suele ser mejor aceptado. Algunas razones financieras son:
Nombre de la razón. |
Fórmula |
Ejemplo de resultado e interpretación. |
Rotación de activos |
Utilidades operativas / Activos totales O Ventas totales / Activos totales |
Resultado = veces. Indica la eficiencia con que una empresa utiliza sus activos. A mayor resultado significa que la empresa es eficiente para generar ventas. Si es baja la empresa no está usando sus activos al máximo. |
Rotación de cuentas por cobrar |
Utilidades operativas / Promedio de cuentas por cobrar |
Resultado = días. Proporciona información sobre el manejo de su inversión en cuentas por cobrar. El valor real de esta razón refleja la política de crédito de la empresa y el resultado depende de ella. |
Razones de rentabilidad. Resulta lógico pensar que las empresas deben ser rentables, para lo cual relacionarán los datos de las cuentas que representan utilidades o beneficios económicos, con el capital o los activos. Los rendimientos pueden ser superiores a los pasivos, en cuyo caso se aceptaría como correcta la decisión de haberse endeudado. Si resultan inferiores, se interpreta como mejor utilizar recursos propios. Si fuesen igual al costo financiero, no habría ningún interés en evaluar si endeudarse o utilizar los recursos propios. A continuación, presentamos algunas razones financieras utilizadas para medir la rentabilidad empresarial.
Nombre de la razón. |
Fórmula |
Ejemplo de resultado e interpretación. |
Margen de utilidad neta |
Utilidad neta / Utilidad operativa |
Resultado = %. Refleja la capacidad de la empresa para producir un bien o servicio con un costo alto o bajo. Para comercios el margen es bajo para servicios el margen es alto. |
ROA (Return on assets) |
Margen de utilidad * Rotación de activos |
Resultado = % |
ROE (Return on equity) |
Utilidad neta / Capital promedio |
Resultado = %. |
Respecto a las razones de rentabilidad es obligado ampliar la explicación, en especial sobre ROA y ROE, dado que son dos de las medidas más comunes en materia de análisis financiero sobre inversiones.
Las razones financieras conocidas como ROA y ROE son medidas de la rentabilidad lograda por una entidad, específicamente a través del uso de los activos, así como del capital. Las siglas de estas razones financieras devienen de su nombre en inglés Return on Assets cuya traducción es retorno sobre los activos (ROA) y Return on Equity, que en español se conoce como retorno sobre el capital (ROE).
La importancia de la rentabilidad radica en que es el reflejo de la capacidad para generar utilidades o beneficios económicos en consecuencia con ROA se mide el nivel de rendimiento obtenido a partir del uso de los activos mientras que con ROE lo hace a través de la aplicación de las aportaciones de los socios o accionistas.
La fórmula para determinar estas relaciones financieras considera elementos obtenidos de los estados financieros, específicamente del estado de situación financiera o balance general y del estado de resultados, a continuación, se muestran ambas en el cuadro:
A medida que se obtiene un resultado mayor indica que el uso de los activos y la aplicación del capital, son eficientes e incrementan las utilidades de la empresa. De este modo, el resultado de la aplicación del ROA se interpreta como una adecuada administración y entre mayor sea su valor será mejor su calificación. Por su parte, ROE indica que las aportaciones de los accionistas son aplicadas correctamente, por lo que en el largo plazo aumentará el rendimiento de las acciones y en consecuencia podría reportar mayores ingresos a los socios por concepto de distribución de utilidades.
El ROE tiene que compararse con el rendimiento que ofrece el activo libre de riesgo que en el caso de México es el CETE a 28 días cuya tasa en octubre de 2021 fue de 4.69%. Esto por lo tanto se interpretaría que un valor en el ROE igual o menor a este porcentaje en varios periodos consecutivos representaría pérdidas monetarias para el inversionista, dado que la inversión en el título de deuda gubernamental sería mejor y de menor riesgo a la empresarial. En el caso de Estados Unidos, España, Colombia y muchos otros países se compararía con el T-Bill o las letras del tesoro que fuese tomado como activo libre de riesgo.
Al utilizar las razones financieras el inversionista puede detectar varios problemas en la actividad económica y financiera de las empresas. Entre ellos podemos mencionar el deterioro en la liquidez, la caída en las ventas, menor nivel de rentabilidad, disminución de utilidades, elevados niveles de apalancamiento. Las posibles soluciones posteriores podrían ser:
- A los problemas de liquidez. Acelerar el cobro a deudores, disminuir los inventarios, obtener financiamiento de largo plazo, retener utilidades y conseguir más capital.
- A los problemas de las ventas. El lanzamiento de nuevos productos o servicios, impulsar las actividades en el departamento de mercadotecnia o reordenar los canales de distribución.
- A los problemas de utilidades. Mejorar la política de compras de materia prima, elevar la productividad y realizar un eficiente análisis de costos.
Por supuesto, el analista financiero cuyo objetivo es decidir si invierte o no en las acciones de la emisora, poco o nada tendría que ver en esta solución, ya que de hecho, no es personal de la empresa, pero si puede detectar estos problemas y valorar si existe la posibilidad de que sean solucionados satisfactoriamente y no afectar en el corto o mediano plazo a la empresa a partir de información cualitativa también proporcionada por la emisora tal como, sus objetivos, metas de crecimiento o incluso el esquema de dirección de la empresa. Tomando como referencia estos aspectos, si considera que los problemas serán mayores que las soluciones, puede realizar una recomendación de venta, dado que la empresa emisora tendrá expectativas negativas, con lo cual dará inicio un proceso de venta generalizada, lo que propiciará una disminución en su precio.
Además de las razones que hemos presentado, hay muchas otras que suelen agruparse de manera distinta, Pascale (2009) por ejemplo, incluye también ratios de crecimiento y valuación. Explicando que los primeros son para evaluar la evolución en el tiempo de algunas variables de la empresa y los segundos se refiere a aquellos que intentan mostrar la evolución que en el mercado se hace de la empresa dado que reflejan la influencia combinada de riesgo y rendimiento. No obstante, para su cálculo suelen precisamente emplear indicadores en distintos periodos de tiempo e indicadores fuera de estados financieros como es el precio de los productos.
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Recuerde que nuestro trabajo no es convertirlo en un economista o financiero experto, pero si apoyarlo para que incremente su educación económica y financiera, facilitando la comprensión del funcionamiento de los mercados y sus instrumentos, logrando mejores decisiones de inversión y financiamiento, en beneficio de su economía.
Confiamos que este artículo les haya sido útil y esperamos sus comentarios al respecto, con el propósito de mejorar en los futuros temas a exponer.
Bibliografía, hemerografía y leyes consultadas.
Díaz Mondragón, Manuel. (2004) Invierta con éxito en la bolsa y otros mercados financieros. Editorial Gasca – Sicco. México.
Díaz Mondragón, Manuel. (2016) Portafolios de inversión. Editorial Trillas. México.