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En la primera sección argumentamos los precedentes que dieron paso a las operaciones de mercado abierto de la Reserva Federal (Fed) estadounidense. Como explicamos, aunque se trata de crear dinero de forma ilimitada con el fin de estimular la economía y de pagar las deudas de una manera exponencial, el Prof. Antal Fékete, fundador de la Nueva Escuela Austríaca de Economía (NASOE), explicó en el encuentro de Londres los motivos por los cuales en realidad, lo peor, es el dominio que se ha proporcionado a la Fed para alterar las tasas de interés. En esta sección trataremos como la Fed beneficia la especulación. 
Reserva Federal
En definitiva, el “todopoderoso” banco central estadounidense puede deprimir, mediante la compra de bonos en el mercado abierto, los tipos de interés de los valores gubernamentales en todos los vencimientos. Lo que se traduce en que la Fed puede incrementar a su antojo los “treasuries” (papel de deuda del Tesoro americano), ya que como es bien sabido, su rentabilidad cambia de forma contraria al valor de éstos: cuanto más alto, menor será el interés percibido y viceversa.
 

La Fed acaba comprando

Fékete afirma que esta “mano negra” de la Fed favorece la especulación junto con las ganancias “libres de riesgo” en el mercado de bonos, debido a que aquellos participantes que sean más experimentados en el mercado, saben que para obtener ganancias sólo deben comprar antes que la Fed. Posteriormente ésta ya les recomprará sus valores a un precio mayor: utilidad “segura”.

 
EL profesor manifiesta que en general, los especuladores de bonos sacan de la diferencia de intereses a lo largo de toda la curva de rendimientos, venden el vencimiento a corto y compran el de largo plazo, y así obtienen la diferencia entre ambos. Esta medida no es libre de riesgo por sí misma, puesto que tiene el efecto de aplanar la curva de rendimientos. Por eso, la curva podría invertirse inesperadamente, pasando de ascendente a descendente, haciendo que los especuladores pierdan en lugar de ganar.  
 
 
En cambio, el arbitraje de intereses se volvió “libre de riesgo”, fruto de las operaciones de mercado abierto, que como ya identificamos en la entrega anterior, fueron introducidas ilegalmente en 1922 por una conspiración entre la Fed y el Tesoro estadounidense. Fékete confirma que los especuladores actúan sobre seguro, ya que saben que tarde o temprano la Fed comprará para poder expandir la oferta monetaria, y por ello comprarán antes. En muy pocas situaciones la Fed actuará como vendedor, y aun en esa perspectiva, tal vez haya alguien con información privilegiada que venda con anticipación.    
 

Política monetaria suave

De esta manera el especulador sabe que cuanto más agresiva sea la compra de bonos de la Reserva Federal, mayor será su beneficio. Aunque se especula que la fase tres del programa de “flexibilización cuantitativa” (QE3, en inglés) está próxima a su conclusión. Con todo y con ello no hay ninguna garantía de que esto ocurra y aunque suceda, es un hecho que habrá una fase QE4.    
 
Hay que recordar que la Reserva Federal ya ha concluido un periodo de QE para relanzarlo más tarde. Al depender el sistema financiero de cada vez más alfileres de impresión monetaria, lo único que se puede esperar es que sigan poniendo más. Es irracional. Esta política lo único a lo que conlleva es a posponer y agravar el inevitable colapso que vendrá en un futuro, es lo único que los banqueros centrales saben hacer. Culpa de esto lo tienen las falsas teorías que ejercen, muy alejadas de las soluciones reales que propone la NASOE.
 
Como se puede deducir de lo anteriormente expuesto, tanto la especulación como la estructura descendente de las tasas de interés continuarán. Sería una equivocación creerse que la Fed comenzará a subir las tasas de interés en 2015 o que vaya a normalizar su suave política monetaria. No. Si ocurriera que los bonos comenzaran a bajar y las tasa de interés a subir, los especuladores volverían a sacar provecho retomando posiciones, y es que tarde o temprano obtendrían de nuevo ganancias vendiéndole a la Fed, que se vería obligada a volver a comprar.
 
A fin de cuentas, esos continuamente descendentes tipos de interés que causa la Fed, destruyen el capital, sin estimular la economía. Sobre las graves consecuencias de las operaciones de mercado abierto tratará la próxima entrega. 
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